jueves, junio 07, 2007

Tecnología apropiada para la producción artesanal

Mediante capacitación, asistencia técnica y facilitación al acceso de materias primas de calidad, grupos de artesanos junto al Programa de Extensión del INTI, lograron duplicar el valor de la lana que producen y triplicar la hora de trabajo en el sector artesanal generando una mejora en la distribución de la renta general.



Asumiendo que en el país hay regiones donde la inclusión productiva y las posibilidades de empleo son muy escasas, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial inició hace tres años un proyecto de facilitación en procesos productivos socio-comunitarios. Con este fin se creó el Sub Programa Cadenas de Valor, dependiente del Programa de Extensión del INTI, el cual ha logrado la puesta en marcha de dos cadenas de valor textiles generando trabajo para 120 personas, siendo el 90% mujeres adultas.


El objetivo al principio fue facilitar la organización social de unidades productivas familiares de subsistencia en una cadena de valor para producir textiles artesanales (fibras textiles, hilados y ropa). El proyecto se puso en práctica en una zona poco industrializada y con escasas oportunidades de empleo, identificando los distintos eslabones de la cadena: productores primarios, esquiladores y acondicionadotes de lana, hilanderos, tejedores, comercializadores y técnicos; hoy esta organización se reconoce bajo el nombre de “De Manos y de Palabra”


Entre los logros obtenidos se destaca el desarrollo de una metodología de intervención en unidades socio-productivas marginales bajo el concepto de cadena de valor con los siguientes resultados:

Una cadena de Valor textil artesanal en el Noroeste de Córdoba conformada por 100 unidades productivas. En su inicio la experiencia comenzó con la conformación de un grupo de 5 artesanas hilanderas, las “Pasionarias” en Villa Giardino, llegando hoy a 20 grupos de hilanderos y tejedores. Es de destacar que 90 % de los integrantes de las cadenas asistidas son mujeres adultas con escasas alternativas de empleo.

Otra cadena productiva, en Entre Ríos, donde productores e hilanderos se ubican en San José de Feliciano, y tejedores y comercializadores en Paraná. Esta cadena esta conformada por 20 unidades productivas.




Asistencia técnica a otras organizaciones que adoptaron la metodología:

INTA La Madrid (Prov. Buenos Aires) con una cadena de 20 unidades productivas.

INTA Bariloche, cadena textil del cashemere y guanaco.

PRODERNOA (Programa para el Desarrollo Rural del Noroeste Argentina) cadena textil de la Vicuña.

Las cadenas están organizadas en tres ejes, a los que se denomina “bancos” :

El Banco de Insumos Estratégicos el cual se conformó a través de la Fundación Saber Cómo con un monto inicial de $5000 ayudando al establecimiento de un sistema financiero estructurado en bancos comunitarios de lana articulados. A través de éste, se logró organizar a productores ovinos para la mejora de la fibra de lana con la cual se abastecen los artesanos textiles.


El Banco de Diseño y Asistencia Técnica, donde una de las innovaciones tecnológicas de mayor impacto en la cadena lo constituye el uso de una rueca modificada por el INTI, que hace más productivo el tiempo de hilatura y posibilita la diversificación de tipologías de hilos a producir. Para la fabricación de la rueca, se capacitó y gestionó el armado de un taller de carpintería que genera trabajo para jóvenes judicializados del Hogar Taller “Sierra Dorada” (en San Marcos Sierra). Por un lado ciclos de capacitación diseñados en relación con las necesidades de los distintos eslabones de la cadena y la asistencia técnica continua, buscando la profesionalización de los distintos eslabones.


Otro tema a destacar de éste banco es el desarrollo y establecimiento de protocolos de trazabilidad, contando la historia del producto desde el productor ovino hasta el producto terminado con un sistema de marcas (etiqueta de trazabilidad, de código ético y personales del artesano); basados en parámetros de calidad y producción, promovieron la especialización de las unidades.


Esta especialización se lleva adelante de dos maneras diferentes pero complementarias.


Se realizó la profesionalización de un grupo de negocios promotores para la venta de los productos a través del Banco del Agente Comercial, mediante la introducción de tablas de costeo, organización de los productos en colecciones para una mejor tracción de ventas y el manejo de herramientas de marketing y administrativas.


En las cadenas actuales, en pleno crecimiento, cada eslabón se integra sobre corredores turísticos de poblados vecinos. Así, los participantes consiguen aumentar la renta y mejorar la distribución y el precio de la lana local, así como el valor de la hora de trabajo. Crearon un sistema de precios justos; idearon productos y mercados, y una garantía solidaria en las transacciones, que se pactan de palabra.


De la experiencia positiva obtenida con la cadena textil artesanal en el Noroeste de Córdoba, y con el objetivo de conformar una “Red Nacional de Cadenas de Valor” en regiones de baja industrialización, el Subprograma Cadena de Valor dentro de su dinámica de investigación y desarrollo esta trabajando sobre el mapeo y diagnóstico de las cadenas productivas del cuero, pelos, cerámica, madera y gemas.

El accionar conjunto y articulado de los bancos de insumos estratégicos, diseño y asistencia técnica y agente comercial, dieron como resultado una mejora del 100% en el valor del producto primario (lana) y tres veces en el valor de la hora de trabajo artesanal generando una justa distribución de la renta general y precio justo. Por esto se invita a organismos gubernamentales y no gubernamentales a participar de esta iniciativa que permite fortalecer el desarrollo local.

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