El desafío de exportar a Japón
El mercado japonés ofrece muy buenas oportunidades para aquellos que estén dispuestos a ofrecer productos de excelente calidad. Sin embargo, el reto requiere una enorme dosis de constancia para lograr establecer los vínculos comerciales necesarios. Las principales chances de exportación se encuentran en vinos de calidad, alimentos orgánicos y todo lo que tenga que ver con el diseño.
DIEGO MASTRODICASA
En los salones del Consejo Federal de Inversiones, se llevó a cabo una videoconferencia gratuita con el objetivo de favorecer las exportaciones a Japón. La reunión fue organizada en forma conjunta por la Fundación Exportar y la Red de Exportadores de Buenos Aires, con el apoyo del CFI.
Al encuentro asistieron alrededor de cien empresarios de distintos sectores interesados en acceder a ese mercado. La videoconferencia contó con la presencia de funcionarios y empresarios desde Tokio, Mendoza y Buenos Aires.
Dieron comienzo al evento desde Buenos Aires: Shinya Nagai, embajador de Japón en la Argentina, el Lic. Rubén Daffinoti, jefe de redes del CFI, y el Dr. Marcelo Elizondo, director ejecutivo de la Fundación Exportar.
En diálogo con Noavestruz, Elizondo se refirió a la necesidad de incrementar el comercio entre los dos países. Al respecto, afirmó que “las exportaciones a Japón, como a otros países asiáticos, no son una tarea sencilla, pues requieren cumplimiento de distintas exigencias. Desde la logística y todo lo vinculado a estándares de calidad, hasta las tareas referidas a la obtención de socios comerciales que siempre se requieren a la hora de exportar”.
El director de Exportar destacó el trabajo que viene realizando la fundación en la investigación del mercado japonés, para detectar demandas insatisfechas y asistir a las empresas argentinas en la comercialización de sus productos al país nipón. “Las exportaciones de Argentina no superan los 300 millones de dólares en un mercado del cual importamos más de 700 millones. Hay mucho por hacer y son muchas las oportunidades”, aseguró.
Marcelo Elizondo se refirió también a la necesidad de incrementar la presencia en FOODEX 2007, la importante feria internacional de alimentos y bebidas que se lleva a cabo todos los años en la ciudad de Tokio. Allí exponen sus productos alrededor de 3.000 empresas de todo el mundo, y es una excelente forma de comenzar el camino hacia una relación comercial fructífera.
Una vez comenzada la videoconferencia, desde Japón disertaron el Dr. Neantro Saavedra-Rivano, de la Universidad de Tsukuba, el embajador argentino Daniel Polski y el empresario Tashiro Koichi.
El Prof. Saavedra-Rivano demostró la gran oportunidad que representa el mercado japonés en la actualidad, al ocupar su economía el segundo lugar en la escala mundial (luego de EE.UU.) y el primero como importador de alimentos. Además, destacó el crecimiento sostenido que viene presentando ese país desde 2002. Esta situación ha favorecido la recuperación del mercado interno, que este momento muestra una fuerte atracción por nuevos productos.
Por ello, el catedrático alentó a los empresarios a “presentar las novedades, renovarse permanentemente y darle identidad a lo que ofrezcan”.
Todos los expositores coincidieron en que se debe privilegiar la calidad y la innovación, ya que es considerada mucho más que el precio en el momento de cerrar un acuerdo de compra.
Es que el consumidor japonés es muy exigente, y cuenta con un alto poder adquisitivo. Los productos más demandados son vinos de calidad, alimentos orgánicos y todo lo que tenga que ver con el diseño: moda, joyas, carteras y muebles.
Desde Buenos Aires, Isidoro Defina, Coordinador general de la fundación Okita, expresó el enorme potencial que podría aprovechar nuesto país, al confrontar los datos de exportaciones otros países latinoamericanos. Los datos hablan por sí solos: “Chile le vende a Japón u$s 5.160 millones por año y Brasil lo hace por u$s 4.435 millones; eso es 15 y 12 veces más que lo que exporta Argentina a ese país, respectivamente”, afirmó.
Defina asegura que para lograr entrar a un mercado como este, aparece como necesario viajar varias veces y establecer una relación “cara a cara”. El sistema de distribución japonés es complejo, por lo que es imprescindible contar con un socio comercial en ese país. Para eso hay que lograr la confianza y demostrar continuidad. En este sentido, afirmó que “no responder un mail es considerado una ofensa. Hay que demostrar que se quiere hacer el negocio.”
Otro factor a tener en cuenta es la necesidad de contar con un departamento de comercio exterior, muchas veces difícil de costear por parte de una pyme. Para esto, la fundación Exportar cuenta con el programa “Primera Exportación”, que permite incorporar un especialista dentro de un programa de pasantía, disminuyendo el costo notablemente.
El esfuerzo es grande, pero todos destacaron que una vez que se logra el objetivo, se establecen vínculos muy duraderos.
Datos útiles:
Fundación Exportar: 4315- 4841.
Bairexport: 4362-2091.
JETRO. Organización Japonesa para el Fomento del Comercio Exterior. 4327-2399
Fundación Okita: 4328-3232
Embajada argentina en Japón: japo@mbrosenet.ne.jp
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