De nuevo se empieza a hablar del costo argentino
En Noavestruz nos visitaron Mario Elkous, presidente
de la Federación Económica de la Ciudad de Buenos
Aires (FECIBA) y Jorge Hernández, secretario de esa entidad. Durante la entrevista, los dirigentes se refirieron a los aumentos de costos que enfrentan las Pymes porteñas y otras dificultades. También elogiaron las modificaciones realizadas recientemente al Código de Planeamiento.
Se sabe que en el último tiempo las Pymes han mejorado mucho. Para muchos se trata de un diagnóstico vinculado con la salida de la convertibilidad, pero nunca faltan temas sensibles y desafíos para superar, como el viejo tema de la falta de financiamiento, la presión impositiva, los aumentos salariales y de las tarifas de los servicios públicos, o la indefinición jurídica en el mercado de riesgo de trabajo. De allí la importancia de hablar con dirigentes gremiales empresarios que puedan aportarnos algo de luz sobre esos temas.
¿Qué es FECIBA? ¿Qué hechos estimularon su nacimiento?
M.E: FECIBA es una entidad empresaria formada por cámaras y federaciones de la ciudad de Buenos Aires, que hace política empresaria. En la Capital el mayor conglomerado de empresarios está formado por industriales y comerciantes.
Es una entidad muy joven, que nació por pedido de muchas cámaras que no se veían debidamente representadas en la ciudad y entendían que, si bien había otras entidades, hacía falta una entidad que representara legítimamente a los empresarios de las Pymes.
J.H: FECIBA es una institución que viene a llenar un vacío que había en la ciudad de Buenos Aires, porque todas las provincias tenían su federación económica y Buenos Aires no tenía cómo aglutinar a los sectores industriales, comerciales, culturales y de servicios.
Y así nació FECIBA. Nos reunimos los empresarios de distintos sectores y fundamos esta institución, en un año que se avizora como de recomposición total, ya que el país crece, la distribución se va generando en todos los sectores y las PYMES tienen un rol muy importante.
Además las PYMES tienen temas a tratar, como es la recomposición laboral, de la que ya se empezó a hablar cómo va a ser y cómo las va a afectar, y el riesgo laboral.
Si se le pregunta hoy a los empresarios Pymes a qué le tienen temor, le contestan que a la hipoteca laboral que implica tomar un nuevo trabajador que puede, en un corto o mediano plazo, hacerles perder la empresa.
¿Por los juicios laborales?
J.H: La industria del juicio laboral ha renacido en nuestro país. Cualquier persona que trabaja, con todas las reglamentaciones que hay, sorpresivamente, tiene derecho a acumular una petición para él y para el Estado, porque hay sanciones gravísimas.
También hay que reconocer que el gobierno ha tomado medidas muy positivas, como el régimen que puso la AFIP para liquidar los sueldos en las empresas que tienen poco personal. Pero la cultura del empresario de una Pyme, quizá todavía no da para esto.
El gran logro que tuvimos desde la institución, fue recomponer el tema industrial de la ciudad de Buenos Aires, a través de la modificación del Código de Planificación, situación que nos hace pensar que Buenos Aires puede volver a tener una cantidad importante de Pymes industriales.
Uno de los temas críticos de los últimos días, fue el aumento de las tarifas de luz y gas, que impactará en los costos de producción de muchas empresas. ¿Cómo ven este tema en la federación?
M.E: Preocupa porque han sido actualizadas en forma retroactiva. Y uno como empresario de una Pyme ya vendió, ya cobró y no le puede decir a la gente a la que le vendió la mercadería “como me aumentó el costo de hace ocho meses, te lo paso y me das la diferencia ..."
J.H: Las tarifas tienen un precio político, que es necesario para esta etapa del país y para la que se ha transitado, pero que no puede extenderse en el tiempo. El control y el achatamiento de los precios de los productos, manejado desde la Secretaría de Comercio, habrá que recomponerlos en algún momento.
Esto es natural. El tema es si el mercado está preparado para esto, porque el impacto de los precios de las tarifas de los servicios públicos, sobre todo en la energía, es muy especial.
Para cubrir los cortes se paga mucho más caro el costo, pero si a eso le agregamos que además vamos a tener una recomposición salarial, vamos a ver entonces cómo se comporta la otra parte del mercado, que son las ventas.
Son variables que hay que tener muy en cuenta, sobre todo, la que tiene que ver con los créditos para las Pymes, porque esto se puede transitar rápidamente y bien, si hay crédito fácil a tasa subsidiada, como el plan del Ministerio de Economía con el BID.
La cuestión pasa por ver cómo hacemos para simplificarle la llegada a los créditos al empresario de una Pyme, porque quizá le aparece que hace cinco años tuvo un “problemita” con la AFIP o la ANSES, o los informes comerciales como el Veraz, que son una espada de Damocles para los empresarios.
Para Ud. el crédito no está llegando como debería…
J.H: Hay sobreoferta de créditos. Pero“la última milla”, que son los bancos, están poniendo obstáculos. Por su parte, el gobierno debe estar monitoreando para ver cómo simplificar el tema. Pero creo que ahí está el “cuello de botella” que hace que todavía el empresario no sienta como propios todos estos proyectos y ofertas, que son buenos.
Poder liquidar sueldos y pagar en un régimen simplificado, le ahorra a las Pymes costos administrativos, errores, rectificaciones y recargos...
Habría que simplificar en la misma magnitud el acceso al crédito...
J.H: Sin duda. Y establecer parámetros concretos, porque venimos de una cultura de “no cumplir”, porque total, “le echamos la culpa al otro”. Entonces, digamos ahora cumplimos todos. Porque ahora el que “se baja de este tren, evidentemente queda descarrilado”.
De todas formas, y continuando con el tema de las tarifas, el Gobierno les dio una “buena mano” desde la devaluación a esta parte, con el congelamiento de tarifas...
No al empresario; ahí está el error. En realidad, nos dio la oportunidad a todos. Porque el empresario… ¿Para quién produce?
¿No contribuyó a mejorar los márgenes de rentabilidad de las empresas?
J.H: Así como se mejoró el ingreso del trabajador. La distribución tiene que ser para todos: para el empresario y para el trabajador. Porque si crece un sector y el otro se queda, volvemos a la misma historia de siempre.
Yo creo que se está creciendo armónicamente, lo que pasa es que hay un trabajo por delante de ajuste, de simplificación y de transformar el discurso y la oferta en cosas posibles.
Por otra parte, es probable que a muchos les duela más el ajuste porque no lo pueden trasladar a precios...
J.H: Creo que no hay que temerle a los aumentos de tarifas, que van a afectar un poco, pero también hay que tener en cuenta el tema de los sueldos.
M.E: Se vuelve a hablar del tema del costo argentino. Por un lado tenemos un dólar relativamente quieto, pero aumentos importantes en obras sociales, en salarios, en las tarifas y cada vez se está importando más.
Si bien hay superávit comercial, si sigue aumentando el costo argentino, podemos estar en dos o tres años en situaciones similares a la última parte de los ´90.
A muchos empresarios que son productores les está empezando a convenir importar, antes que producir y poco a poco van ingresando mercadería, lo cual está hablando de un cambio progresivo en las ecuaciones del negocio.
M.E: Estamos exportando a un precio de 500 dólares la tonelada e importando a 1500.
Eso por la incidencia de la soja. Pero recordemos que las exportaciones de las Pymes son de fuerte valor agregado y crecen más que las globales. Y lo importante es que cuanto más chica es la empresa exportadora, mayor valor agregado tiene su producto y mayor el precio de la tonelada
M.E: Para mí es una falacia que las Pymes tengan que exportar, porque el mundo exporta. La realidad es que las Pymes no exportan.
En Europa, tomando un país importante como Alemania, donde la exportación a los países que forman parte de la Comunidad Económica Europea es más sencilla que en la Argentina, las Pymes que exportan deben llegar al 3 ó 4 por ciento.
A diferencia de Italia en donde exportan casi todas las Pymes…
M.E: Pero exportan en conjunto.
Ud. sugiere que las Pymes no deberían preocuparse tanto por acceder a mercados externos. ¿Por qué piensa así?
M.E: La Pyme tiene que pensar muy bien antes de salir al exterior, porque hay muchos casos en los que hacen un gran esfuerzo, descuidan el mercado interno y el resultado final es que no tienen capital y no pueden sostener estar en el exterior y abrir nuevos mercados. Por lo cual es un gran esfuerzo que no lleva a nada y encima se debilita la empresa en la Argentina.
¿Ya que lo mencionaron al principio, qué opinan del nuevo Código de Planeamiento Urbano?
J.H: Tenemos un slogan que dice “Buenos Aires Ciudad Productiva”. La Ciudad de Buenos Aires debe tener las mismas reglas o posibilidades que tiene cualquier otra provincia. En los últimos años después de la sanción de la Ley Cacciatore, en el gobierno militar del ´76, muchas industrias no solo no pudieron crecer en la ciudad, sino que se tuvieron que ir.
Eso ha generado que mucha mano de obra que antes estaba en la ciudad, hoy esté en el Gran Buenos Aires, lo que permite ampliar fábricas y crear nuevas instalaciones. Con el Código de Planeamiento desaparece la zona R2 y pasa a ser todo zona E.
Este Código se basa en que la actividad industrial tenga normas de seguridad e higiene y no sea contaminante. Pensamos que la Ciudad va a ganar en todo sentido: para sus vecinos en cuanto al trabajo, para la ciudad con menor cantidad de impuestos y para los empresarios, porque van a poder trabajar más tranquilos.
¿Podemos dejar de ser una ciudad “dormitorio” como le dicen algunos, y pasar a ser una ciudad industrial?
J.H: Al sacar de la Ciudad de Buenos Aires el viejo esquema del ´77, y derogar la prohibición de construir en las 150 manzanas de Av. de Mayo, en San Telmo, para preservar el patrimonio histórico, se pudo construir el Hotel Intercontinental.
Y hay un segundo paso que es la posibilidad de recuperar la Ciudad, al utilizar grandes inmuebles que hoy están vacíos o son usados como garages. Si uno recorre la zona, ve qué cantidad de edificios que eran industrias, ahora son garages o “guarda todo”, pero no producen nada.
Buenos Aires había perdido esa capacidad. Las pequeñas industrias que habían quedado no podían ampliarse. Entonces, darle la posibilidad a Buenos Aires de reinstalar la industria, con un factor de producción intenso, significa también cuidar que sean industrias no contaminantes, que no hagan ruido, que no alteren el espacio urbano y que tampoco provoquen vacíos urbanos.
Ha sido muy atinada la decisión de la Legislatura y ahora esperamos que la reglamentación no la convierta en un aquelarre.
¿FECIBA va a participar de los organismos de control?
J.H: Hay que esperar la reglamentación. De todas maneras, estamos intentando que se escuchen las voces de los empresarios, los comercios y los servicios. Dentro de FECIBA están todas las corrientes, así que hablamos, discutimos, planteamos los temas y acordamos qué es lo mejor para la Ciudad desde nuestra óptica.
Creo que se ha dado un gran paso para que Buenos Aires sea la gran Ciudad que fue. Dios quiera que dentro de cinco años el edificio de Alpargatas o el de Mazzarin Particulares puedan estar produciendo.
¿El nuevo Código será lo suficientemente atractivo para traer de vuelta a las industrias que por ejemplo se fueron de Buenos Aires atraídas por la promoción industrial de algunas provincias?
J.H: Hoy la ciudad de Buenos Aires no necesita promoción industrial, necesita condiciones óptimas y, sobre todo, respetar al empresario. Y no temerle a la palabra “industria nacional”, que ese es el otro tema que los funcionarios deberían aprender. Hay que proteger la industria como se hace en todos los países. A quien produce, a quien agrega valor, darle todo para que salga adelante.
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