martes, enero 09, 2007

"La Argentina puede recuperar la participación en el mercado"

En la segunda parte de la nota realizada al economista Dante Sica durante el programa Noavestruz, el ex Secretario de Industria habló sobre los alcances de la sustitución de importaciones y se refirió a la importancia de la educación y el desarrollo del software para competir en mercados extranjeros. Además, aseguró que la economía argentina “va hacia un ciclo de crecimiento estable”.


Bajo su gestión en la Secretaría de Industria el país dio un paso muy importante: creó y sentó las bases para una sustitución de importaciones ¿Cuáles fueron las claves de ese proceso? ¿Está de acuerdo con que fue exitoso?

Lo que generó un proceso de sustitución de importaciones fueron dos elementos: el proceso de devaluación y las inversiones que realizaron las empresas en los '90, que si bien tenían capacidad instalada ociosa, estaban técnicamente calificadas como para poder sustituir cuando el precio fuera el adecuado.
Esto se vio reflejado en el sector autopartista, en la industria del plástico, la industria química y también en el sector textil.


Usted fue secretario de Industria en el año 2002 y 2003 cuando empezó este proceso, que se constituyó en un pilar del crecimiento de las exportaciones, incluso de las Pymes ¿Qué cosas le llaman la atención del crecimiento de las exportaciones argentinas?

La devaluación, impactó muy fuerte en los commodities, tanto industriales como del sector primario. Las Pymes se fueron agregando después, porque lo que hay que entender es que la Argentina no tiene un aparato industrial únicamente exportador, sino muy vinculado al mercado interno. Lo que hace el empresario argentino, es primero cubrir con su producción el mercado interno y después pensar en procesos de exportación. Esto se debe principalmente a un problema de competitividad.

Tenemos productos con los cuales somos muy competitivos a nivel internacional. Por ejemplo, si no hubiese determinadas barreras arancelarias, estaríamos vendiendo muchos más productos lácteos a Europa o a Estados Unidos.

Ahora bien, en otro tipo de productos no somos competitivos. Si tomamos el caso de los bienes de capital, en Argentina el 70% de estos bienes está compuesto por maquinarias agrícolas. Podemos exportarlas a Venezuela, a Brasil, porque en la región somos competitivos, pero nos cuesta un poco más entrar con estos productos en China o en Europa porque hay productores que tienen muy alta eficiencia, producen mayor cantidad y pueden tener costos que son menores a los nuestros y por eso nos desplazan del mercado.


Según un informe de ABECEB.COM, La argentina en el siglo pasado exportaba cerca del 3 por ciento de la demanda mundial, mientras que hoy ese porcentaje es de solo el 0,4 por ciento. ¿Este modelo puede llegar a recomponer las cosas?

Sí, en la medida en que exista un tasa de inversión que acompañe la inversión en bienes exportables. La industria argentina no es exportadora, sino que está más vinculada a lo que es el tamaño del mercado interno. Hay sectores en los cuales hay empresas que están teniendo una salida exportadora, como es el caso de algunos empresarios autopartistas, o de empresarios de confecciones que están incorporando procesos de diseño a la exportación.

La Argentina tiene una posibilidad de recuperar una parte importante de participación en el mercado. Lo que hay que pensar es qué es lo que se quiere producir pensando en el mundo del mañana, en qué somos más eficientes y en dónde podemos ganar mercado. Hoy el ciclo de precios internacionales es muy favorable, pero no tenemos que estancarnos pensando en quevamos a seguir exportando commodities. Tenemos que tener una política que tienda a diversificar el proceso exportador.

Por poner un ejemplo, la Argentina hoy puede competir internacionalmente en software, porque tenemos todavía un sistema educativo que guarda ciertos valores que tuvimos en la década del 60' y del 70´. Si no aumentamos la cantidad de recursos humanos y no los orientamos, a lo mejor vamos a tener precios favorables, cierta capacidad productiva, pero nos van a faltar los recursos humanos.

Si vemos que en el mundo podemos ser competitivos, tenemos que tratar de fomentar la incorporación de inversiones sobre el desarrollo del software, pero para eso es necesario tener un aparato educativo que acompañe y genere la cantidad necesaria de profesionales.


¿Cómo ven en la consultora ABECEB el control de los precios?

Hay que separar el control de precios del control de costos. No me queda claro a cuál de los dos está apuntando el gobierno.

Los controles de precios en la historia económica demuestran que fueron totalmente ineficaces, no han servido en su momento y, en algunos casos, por las situaciones particulares de los ciclos económicos, fueron generadores de desabastecimiento.

En esta oportunidad, lo que hizo el gobierno fueron los acuerdos de precios, que en el año 2006 se cumplieron en algunos sectores y sirvieron para quebrar las expectativas inflacionarias. En cambio en otros sectores muy atomizados, como el de la indumentaria, el año pasado creció más la inflación de lo que creció el año anterior sin ningún acuerdo. De todas formas, creo que el resultado es exitoso.

Ahora bien, mantener un control estricto de precios o costos en el mediano plazo tiende a generar distorsiones de los precios relativos internos. Además, afecta directamente las tasas de rentabilidad de las empresas. Hay que tener mucho cuidado con esto, ya que hoy, en nuestro país, falta financiamiento, por eso la inversión se realiza en gran medida con fondos propios, a través de la reinversión de utilidades.

Si el empresario observa que su tasa de ganancia puede estabilizarse o descender, frena la inversión esperando que aparezca un panorama más claro.


Desde hace unos días sabemos que se permitió un incremento tarifario en las prepagas. ¿Esto puede verse como una señal por parte del gobierno de abandonar estos controles?

El presidente Kirchner había planteado que recién a partir de 2008 la economía va a estar más normalizada y no será necesario un esquema de seguimiento de controles sobre los precios, como hasta ahora. Pero también tenemos que acostumbrarnos a que, con un crecimiento tan alto, vamos a tener una tasa de inflación que va a estar por encima de lo que es el promedio mundial.

Hay datos que no se deben olvidar: la devaluación en la Argentina entre 2002 y 2006 fue del 200 por ciento. Los precios mayoristas se ajustaron casi un 190 por ciento, mientras que el índice de precios minoristas lo hizo en un 90 por ciento. Por eso, todavía pueden darse reacomodamientos de los precios relativos. Esto no es malo.


Hay gente que está anticipando la devaluación del Real ¿Qué opina al respecto?

Las condiciones económicas en Brasil son muy distintas hoy que en la devaluación de 1999. El superávit comercial de 2006 fue un récord de casi 45 mil millones de dólares. Sería imposible para el gobierno devaluar y poder mantenerlo, con la afluencia de dólares que está teniendo en este momento. El Banco Central está interviniendo para sostener el tipo de cambio.

Esto es producto del superávit comercial y la entrada de capitales que existe en Brasil. Por más que el gobierno tuviese la voluntad de devaluar, la inflación haría rápidamente volver al Real a los valores anteriores.

Hay que esperar, no tenemos que pensar que Brasil va a devaluar. Brasil va a crecer y va a aumentar su demanda principalmente por una baja de la tasa de interés.

El monto de préstamos en la economía brasileña es del 35 por ciento sobre el PBI, a diferencia de Argentina en donde hoy está en el 10 por ciento, con lo cual cualquier movimiento de la tasa de interés impacta fuertemente sobre la recuperación del consumo interno y de la producción.


¿Cuánto crece la economía en el 2007?

En 2007 va a estar encima del 7 por ciento.

En 2008, con el arrastre que deje 2007, mientras el campo siga invirtiendo y la industria mantenga su crecimiento, nos da un piso del 4 y medio ó 5 por ciento. Vamos hacia un ciclo de crecimiento estable, quizá no a tasas tan fuertes. Hay que ver bien qué pasa con la inversión y úáles son las señales que da el gobierno.

Es necesario saber qué va a pasar con la infraestructura. El problema no es solamente crecer, sino cómo vamos a hacer para movilizar el crecimiento. El año pasado, con 70 millones de toneladas de cosecha en granos, había 15 kilómetros de cola para entrar al puerto de Rosario. Este año vamos a tener 80 millones de toneladas...

Hay que invertir en infraestructura, en energía, en puertos, sino va a ser difícil poder sostener esta tasa.



VER 1ra. PARTE NOTA A DANTE SICA
PARA ENTENDER A LA ARGENTINA, HAY QUE MIRAR AL MUNDO

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